top of page
IMG_0051.JPG

¿Sientes que eres menos que los demás y que mereces menos?

¿Resuena contigo esta pregunta? La autoestima ya no es solo un tema que exploras por curiosidad, sino una preocupación que reclama tu atención.

​

Seguro que lo has leído en libros, en redes sociales e incluso es un tema recurrente en tus conversaciones. Puede que tengas nociones básicas sobre el tema, pero aún así, sientes que algo no encaja. Por eso, te gustaría entender y, sobre todo, gestionar esta sensación incómoda que te invade y no controlas. ¡Pues bien, has llegado al lugar correcto!

​

Sé cómo te sientes. He estado ahí, incluso a veces paso a saludar.

​

Vivir con esta sensación de insuficiencia te atrapa en un ciclo de limitación y frustración. Este sentimiento de inferioridad no es solo un pensamiento pasajero; es una carga emocional que te hace creer que mereces menos amor, menos éxito, menos oportunidades. Te impide pedir lo que realmente quieres y aparece como esa voz molesta que te repite:

  • "No soy tan bueno como ellos"

  • "No merezco esto"

  • "¿Quién soy yo para intentarlo?"

 

Pero quiero que sepas que ¡no estás sol@! Juntos podemos cambiar esta narrativa.

Si quieres descubrir, guiad@ por un profesional, los aspectos en los que debes enfocarte y cómo transformar tu autoestima, sigue leyendo. Como tu autoestima no aparecerá tras una cortina de confeti, necesitas pautas claras y precisas para que esta se convierta en tu mayor fortaleza. Tras una breve introducción, compartiré contigo un ejercicio práctico para que inicies este cambio ¡hoy mismo!

​

​¿Qué es la autoestima?

​

La autoestima es la percepción que tienes de ti mism@, cómo te ves a ti mism@ y cómo evalúas tus capacidades, tus logros y tu valía como persona. Es ese diálogo interno constante que determina si te sientes segur@, confiad@ o, por el contrario, llen@ de dudas e inseguridades.

​

Pero aquí está lo interesante: la autoestima no es algo estático. No naces con una autoestima alta o baja para toda la vida. Es un constructo dinámico que evoluciona con el tiempo, y su desarrollo o mejora depende de tu grado de consciencia e implicación. Aunque puede parecer que estás a años luz de este cambio, empezaremos desde el principio: tu infancia.

​

¿Te acuerdas? Cuando eras niñ@, ¿cómo te hablaban los adultos a tu alrededor? ¿Te animaban a explorar, a intentar cosas nuevas sin miedo al fracaso? ¿O, por el contrario, vivías bajo la sombra de críticas, comparaciones constantes o mensajes que te hacían sentir insuficiente?

​

Estas primeras interacciones tienen un impacto enorme en el moldeado de tu autoimagen. Si creciste en un entorno donde predominaba el rechazo, el abandono emocional o las humillaciones, es muy probable que hayas desarrollado una visión bastante negativa de ti mism@. Sin embargo, recuerda la buena noticia: ¡puedes cambiarlo! Aunque tu autoestima haya sido moldeada por experiencias pasadas, eso no significa que esté tallado en piedra. Tienes el gran poder de reconstruirla y transformarla en una herramienta que te impulse hacia lo que desees.

​

¿Cómo saber si tu autoestima necesita atención?

​

Antes de lanzarnos a trabajar en nuestra autoestima, es vital identificar si realmente necesitamos hacerlo. Y aquí es donde las cosas pueden volverse un poco confusas. La baja autoestima no siempre es evidente. Puede manifestarse de formas sutiles o en situaciones específicas, mientras que en otras ocasiones parece estar bajo control.

Para ayudarte a reflexionar, aquí tienes una lista de indicadores que suelen estar presentes en personas con baja autoestima. Tómate unos minutos para leerlos detenidamente y pregúntate sinceramente: ¿Cuántos de estos comportamientos o pensamientos tengo?

​

  • Silencias tus opiniones. Te resulta difícil expresar tus verdaderos sentimientos o ideas frente a los demás, temiendo el rechazo o el "qué dirán".

  • Buscas aprobación constante. Evitas conflictos a toda costa y haces todo lo posible por complacer a los demás, incluso cuando eso implica sacrificarte.

  • Dices "sí" cuando quieres decir "no", sin saber poner límites. Sientes que no tienes derecho a defender tus intereses o a protegerte cuando alguien te trata injustamente.

  • Te culpas por todo. Incluso cuando algo no es tu responsabilidad, te sientes culpable y hasta pides perdón sin razón.

  • No toleras las críticas ni aceptas halagos. Las críticas, incluso las constructivas, te duelen profundamente. Piensas que exageran o que tienen segundas intenciones.

  • Te infravaloras. Dudas constantemente de tus capacidades y atribuyes tus logros al azar o a la suerte, sintiéndote indign@ de ellos.

  • Temes tomar decisiones. El miedo a equivocarte te paraliza, y recurres a los demás para que te digan qué hacer.

  • Priorizas a los demás sobre ti. Siempre pones las necesidades de los demás por delante de las tuyas, sintiéndote culpable cuando decides cuidarte.

  • Te sientes invisible. Piensas que no tienes nada especial que ofrecer y temes que algún día los demás descubran quién eres "realmente" y te abandonen

 

Ahora volvemos a la pregunta anterior: ¿En cuántos puntos te reconoces?

Si te identificas con varios de ellos, es probable que tu autoestima necesite atención. Pero recuerda, ¡no te agobies! Si trasladásemos esto al plano físico, sería simplemente descubrir que no estás tan en forma como creías. Sobre todo, ¡no te juzgues por ello! Reconocer estas señales es el primer paso hacia el cambio, y ya estás en ello.

​

¿Qué pasa si ignoras la baja autoestima?

​

Ignorar la baja autoestima puede tener consecuencias no deseadas en varias áreas de tu vida. No es muy alentador pensar en vivir la vida en piloto automático, dejando que otros decidan por ti, conformándote con resultados insatisfactorios. Además, con el paso del tiempo, este efecto emocional evoluciona hacia el deterioro de tu salud mental, provocando:

​

  • Propensión a relaciones tóxicas: Puedes terminar en relaciones donde te sientes utilizad@, maltratad@ o anulad@, pero sigues aferrándote a ellas por miedo a la soledad.

  • Falta de propósito: Pierdes la ilusión por el futuro y te convences de que no puedes cambiar tu destino.

  • Estancamiento profesional: Te resignas a un trabajo que odias, pensando que "esto es lo que hay" y que no puedes aspirar a más.

  • Problemas de salud mental: La baja autoestima está en la base de muchos trastornos psicológicos, como ansiedad, depresión, dependencia emocional y problemas de alimentación.

 

El resultado final es que, mientras intentas complacer a los demás y evitar conflictos, te alejas cada vez más de tus propios sueños, aspiraciones y motivaciones. Y esto, lejos de traerte paz, solo alimenta aún más esos sentimientos de inutilidad e insuficiencia.

​

Un método estructurado para transformar tu autoestima

​

Seguro que has recibido cantidad de consejos no solicitados que, aunque con buena intención, han hecho que te sientas más alejado/a y aislado/a del resto. Cumpliendo lo prometido, aquí tienes una guía diferente. No un simple "consejo", sino un método estructurado desde la experiencia profesional y la evidencia psicológica. Para poder ejecutarlo, desglosaremos un ejercicio práctico paso a paso para que transformes estos conceptos en acciones tangibles. Sigue esta secuencia:

 

Escucha

La próxima vez que te sientas mal, pregúntate: "¿Qué me estoy diciendo a mí mism@ ahora?" Escribe esos pensamientos en un papel. Por ejemplo:

  • "Soy un fracaso."

  • "Nunca hago nada bien."

  • "Odio mi cuerpo."

 

Respira

Antes de reaccionar o intentar cambiar esos pensamientos, respira profundamente. Permítete hacer una pausa mental para observar lo que estás pensando sin juzgarlo. No trates de silenciar ni debatir con esas voces internas; en lugar de eso, conviértete en un testigo científico . Observa tus pensamientos como si fueran fenómenos externos, algo que puedes estudiar sin involucrarte emocionalmente. Este distanciamiento es clave para reducir el poder que tienen sobre ti.

 

Siente

Presta atención a cómo estos pensamientos afectan físicamente tu cuerpo. Cierra los ojos por un momento e identifica dónde sientes el malestar que generan. ¿Es un nudo en el estómago? ¿Un peso en el pecho? ¿Una sensación de tensión en los hombros? Este proceso te ayuda a conectar mente y cuerpo.

 

Muévete

Cuando identifiques una parte de tu cuerpo donde sientas el malestar, dedica unos minutos a "movilizar" esa zona. Coloca una mano sobre la zona afectada y respira profundamente. Imagina que envías calor y compasión hacia esa parte de tu cuerpo. Este proceso no solo alivia el malestar físico, sino que también te ayuda a reconectar con tu cuerpo desde un lugar de aceptación y cuidado.

 

Evalúa

Después de aplicar los ejercicios, evalúa tu nivel de tensión física y emocional. Pregúntate: ¿Ha disminuido, aumentado o permanece igual? Compara este estado con cómo te sentías antes. Si la tensión continúa, ¡no te rindas! La constancia es la clave; cada repetición te acerca más a los resultados que buscas.

 

¿Y si no puedo cambiar?

​

Es natural que surjan dudas: "¿Y si mi mente está demasiado programada para esto?" , "¿Y si no soy capaz?". Aquí está la verdad incómoda: tu crítica interna intentará sabotear este proceso con excusas familiares. Reconócelas, pero ¡no les cedas el volante!

Pequeñas acciones a recordar:

  • Revisa tu diálogo interno durante 5 minutos.

  • Toma 2 minutos para respirar antes de responder a un impulso autosaboteador.

Esta transformación no es cuestión de meter horas extra, sino de permitirte adquirir la consciencia y rutina necesarias para reentrenar tu diálogo interno.

​

¡Juntos podemos lograrlo!

​

Sé que todo lo que hemos explorado puede parecer abrumador, y que ponerlo en práctica no es tan sencillo como leerlo. Transformar la relación contigo mism@, sanar heridas emocionales y reconstruir tu autoestima requiere tiempo, paciencia y apoyo adecuado. Por eso, si en algún momento te sientes atascad@ o ves que avanzar por tu cuenta se vuelve demasiado difícil, quiero recordarte algo importante: ¡no tienes que hacerlo sol@!

Si decides dar el siguiente paso en este viaje, estaré aquí para ayudarte. ¡Juntos podemos lograrlo!

Mujer en la playa

Deseo saber más

Gracias por tu mensaje

  • Facebook
  • Twitter
  • Instagram
  • LinkedIn

IGOR OJINAGA

bottom of page